Ya ha terminado el 35º Salón del Cómic de Barcelona y por segundo año consecutivo, El Cornetín acudió al evento del cómic más importante de España, esta vez con el orgullo de haber sido acreditados.
¿Cómo fue? Pues más o menos así.
Una semana antes ya tenía ganas de Saló: romper un fin de semana y dedicarme a pasear por el 35º Salón de Barcelona. Responder a esa pregunta, tan de padres, de “¿Pero qué hay o qué haces allí todo el día metido?” es una labor difícil.
Una breve historia.
El Salón del Cómic de Barcelona es a día de hoy EL evento – Sí, Juls, con mayúsculas para darle énfasis, no lo corrijas – sobre el cómic de España. Organizado por FICOMIC, creada por la asociación de editores de cómics de España, lleva organizándolo oficialmente desde 1982, aunque ya había precedentes con otras reuniones y eventos, pero con distinto nombre.
En todo este tiempo el Salón se ha afianzado y ampliado su público, buscando nuevos espacios para cine, televisión o videojuegos, sin perder en ningún momento su esencia: los cómics.
La organización del espacio.
Antes de que el Salón abriera sus puertas ya parecía que había problemas con el espacio. No se podía hacer uso del enorme pabellón 2 y eso obligó a una organización del espacio un tanto “extraña”. Entiendo que está en la intención de la organización intentar hacerlo lo mejor posible y que este año se encontraran con dificultades de espacio (se comentaba que el enorme y ya clásico pabellón 2 estaba en obras, aunque no hemos podido confirmarlo).
Los autoeditores/fanzines, actividades y la exposición de Fanhunter estaban en el segundo piso del pabellón 2, el pabellón de exposiones principal (con la exposición de Lucky Luke, 100 años del TBO y la dedicada a Will Eisner) estaban en el pabellón 4 y el área comercial con las editoriales y tiendas especializadas estaba justo enfrente, en el pabellón 1. Esta organización del espacio obligaba a cruzar la plaza central para ir de un pabellón a otro, dando sensación de estar en un evento poco conexionado y provocando problemas de acceso y aforo a los pabellones.
Internamente la organización de espacio parecía haberse hecho de manera rápida e impulsiva. El pabellón comercial me pareció un poco caótico y costaba orientarse. Puede que esta sensación fuera por el cambio de espacio, puesto que muchos ya nos habíamos acostumbrado a movernos con cierta ligereza en el pabellón 2. Además, para acceder al mismo había que hacer una larga cola, después de haber hecho otra fuera de la Fira. De este hecho tomó nota Cels Piñol en su Twitter y es que en la medida de lo posible se debería evitar una segunda cola de acceso. En gran parte, que los pabellones estén juntos facilitan este aspecto y la circulación de las personas.
Mientras, a la zona de Fanzines, pabellón 2.1, se accedía por unas escaleras mecánicas que llamé cariñosamente las puertas de Moria. Este único acceso desembocaba directamente al tan anunciado stand de Nintendo Switch, perdiendo la oportunidad de aprovechar la circulación de los visitantes. Si para visitar este stand hubiera sido necesario cruzar la zona de fanzines y asociaciones posiblemente hubiera mejorado la sensación de vacío que había en el pabellón, cuando realmente no lo estaba. Además, el escenario principal y la exposición de Fanhunter estaban en un extremo del lateral izquierdo, produciendo una sensación de estar aparte.
Lo mejor: el ambiente
La verdad es que el 35º Salón transcurrió con normalidad. El ambiente que se respiraba era el de otros años, los fans hacían las colas necesarias para obtener las firmas de su autor favorito; las tiendas de cómics de segunda mano estaban llenas de gente buscando números sueltos o colecciones completas; los autoeditores no dejaban de firmar y charlar con la gente que se les acercaba (de hecho fue difícil poder hablar con Andrés Palomino, Joan Trezce o los chicos de El Vosque -Moran y Laurielle-) y los Cosplayers dejaban hacerse fotos con una sonrisa.
Las firmas de los autores invitados se desarrollaron con normalidad, los organizadores siempre atentos a que la cola no cortara las calles y los fans con la mejor actitud mientras esperaban. Hay que destacar la cantidad de autores que habían venido para firmar. En muchos casos era necesario organizarte para obtener la firma de varios autores: algunos empezaban cuando otros acababan. Este fue mi caso con Cels Piñol y David Gibbons, tuve que correr de uno a otro para no perder el número. Sí que me quedó la sensación de falta de alguna tienda especializada que este año no estaba.
Los autoeditores se movilizaron en redes sociales, para reclamar a su público y pude ver que los stands de Crónicas PSN + El Sistema D13, El Vosque o NEUH, entre otros, estaban llenos de gente que se acercaba y el área en general estaba bastante animada. Insisto en que esta es una sección en la que destaca el Salón y debe tratarse con gran cuidado.
Conclusión.
Este año solo pude ir el sábado en un viaje relámpago en AVE y me quedé con ganas de más. No se puede negar que la organización del espacio fue poco caótica, pero, con todo, creo que fue bien. Deberían corregirse sin duda las colas de acceso a pabellones o la sensación de eventos inconexos, provocada por la separación de los pabellones.
Pero la oferta del Salón fue inmensa y en un solo día no se puede abarcar todo, lo cual demuestra la calidad del mismo y por qué a día de hoy sigue siendo el mejor evento de España. Insisto en que el ambiente es de lo mejor; es difícil ver en un mismo espacio familias, fans, cosplayers o simplemente curiosos y que todo funcione tan bien. El 35º Salón del Cómic de Barcelona demostró que es posible abrir un evento friki al público y no perder su esencia.
Quiero tener unas palabras especiales para la editorial Babylon que al vernos se interesaron por nuestro pase tarjeta de visita en forma de pase de prensa y nos mostraron sus novedades para el Salón y nos quedamos con ganas de compra Bushido. Esperamos poder leerlos cuanto antes.
Para terminar, destaco el buen hacer que Cels Piñol demostró durante todo el evento. Organizó su fila desde Panini a Devir, para no dejar ningún tomo o juego sin firmar y se preocupó en charlar con todos los que se acercaban. Devir lanzó su Fanhunter: Urban Warfare y en el momento de estar firmando, Cels me hizo comprometerme a pintar las minis del juego y subirlas al blog, así que estad pendientes al hashtag #fanhunterSquad.
Galería de Fotos
Aquí está nuestra galería de fotos del Salón de Barcelona. Si os veis, ¡comentádnoslo y os etiquetamos!
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Mooola, aunque hubiera problemas de organización. Allí pasé más momentos de emoción extrema que en mi boda jajaja Ese encuentro con Neil Gaiman (sigo total y platónicamente enamorada de ese hombre), esa cola kilométrica para que Ibáñez me firmara mi mortadelo sobreviviendo a base de los polos que me traía un amigo de vez en cuando, esas carcajadas de Jim Lee cuando un fan le dijo que se llamaba Nacho, ese Stan Lee paseándose como si tal cosa entre los stands… Y tantas tantas anécdotas… Y tantos y tantos comics firmados…