Cascaborra Ediciones –editorial especializada en comics históricos – nos presenta “El Sitio de Viena”, una obra Santiaguete y Joan Bor en la que se analiza el choque cultural y de fe desde los ojos de un adolescente alistado demasiado joven, en una guerra demasiado extraña.
Habitualmente nuestras reseñas de comics comienzan con un breve resumen de la obra. Dado el carácter histórico de la obra y lo poco conocido que es el primer sitio de Viena, creemos necesario explicar brevemente el conflicto.
Los antecedentes del cómic
En 1526 las tropas húngaras han sido derrotadas en la batalla de Mohács por las tropas otomanas de Suleiman – Süleyman – el Magnífico. El rey Luis II ha muerto y el sureste del Reino de Hungría ha sido conquistado.
El 27 de septiembre 1529 el avance otomano llega hasta las puertas de Viena. El archiduque Fernando I se encuentra en la ciudad y su hermano, el emperador Carlos I de España y V de Alemania no puede acudir con el ejercito imperial. La poca ayuda que les llega serán decisiva para la defensa de la ciudad. 1500 “lansquenetes” – mercenarios – alemanes dirigidos por el conde Nicolás de Salm y su escolta de 700 arcabuceros españoles, la mayoría de ellos descendientes de los derrotados Comuneros de Castilla.
Nicolás de Salm fue nombrado castellano de la ciudad. Ordenó almacenar dentro de la ciudad todas las provisiones disponibles, quemar todas las edificaciones exteriores a la antigua muralla de la ciudad y levantar empalizadas en los límites con el Danubio. Dentro de Viena no quedo nadie que no pudieran contribuir a su defensa. Para evitar que el rebote de los disparos levanto el pavimento de piedra de la ciudad y edificó con ellos una segunda muralla dentro de Viena.
Suleiman espera rendir la ciudad con su superioridad numérica, pero la defensa planteada por Nicolás de Salm, la mala preparación para el asedio y el clima, que impide hacer uso de los cañones de manera efectiva, hacen que la ciudad resista el empuje de los turcos contra todo pronóstico.
El asedio de Viena marco el apogeo de la invasión otomana a Europa central. Suleiman levanto el asedio a mediados de octubre, lo que supuso una importante derrota para los jenízaros. Nicolas de Salm murió al poco por las heridas sufridas durante el asedio, siendo enterrado en la Iglesia Votiva de Viena.
El cómic
Con el fin de mejorar la comunicación entre las distintas tropas que defienden Viena, el conde Nicolás de Salm ordena asignar un intérprete que se conozca “latino” – precursor del italiano moderno. De esta forma el joven soldado Marcos, alias Tallarín, acaba como traductor de capitán de arcabuceros Avalos.
Esta labor le permite conocer a Rosl Kesler, lansquenete alemán testigo de la revuelta de Lutero y protestante, que acabara convirtiéndose en un buen amigo pese a sus diferencias. Cuando gracias a Marcos los lansquenetes consiguen rechazar el ataque jenízaro, ambos conocen a Kamal, un antiguo cristiano reconvertido al islam.
De esta manera comienza una discusión sobre la fe y el “honor” entre soldados, mientras Marcos, demasiado joven para la guerra, debe mostrar una madurez inusual para su edad si quiere sobrevivir.
Opinión
La primera lectura de El Asedio de Viena supuso una agradable sorpresa. De primeras el título parecía anunciar un comic con un fuerte componente histórico y centrado en la defensa de Viena, un evento importante pero que es bastante desconocido para el público en general. Según avanzaba la con la lectura me encontraba más interesado en el dialogo entre los personajes y su debate ético entre la fe y lo justo, dejando al asedio en un segundo plano, pero aún visible.
El Asedio de Viena es un comic que reúne en sus 52 páginas distintas historias y que ayuda a comprender mejor nuestra historia. Como recomendación rolera, es especialmente interesantes para aquellos amantes de juegos de rol como Capitán Alatriste o 7º Mar
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