En esta reseña hay fotos con mal enfoque porque, no lo he dicho suficientes veces, no hay pdf publicado de Fanhunter.
Dentro del nicho de mercado para los juegos de rol Fanhunter (¿tercera edición?) es… bueno… otro nicho. Y, como si fuera un fractal, dentro de Fanhunter todo son nuevos nichos (Barnacity, Fanpiros, Macutes, el propio Papa Alejo…). Estaba claro que los que estamos en el ajo íbamos a picar de nuevo (de nada, Devir). Pero ¿merece la pena meterse en este embolado?
El ¿nuevo? Fanhunter.
Fanhunter (by Chema Pamundi, Cels Piñol y otros que se han metido en la comparsa) es lo que es. No se ha reinventado. No ha cambiado su sistema de reglas. Hay párrafos enteros traídos directamente de su segunda edición (sí, la de hace casi treinta putos años). Que cojones… han pillado, fomentando el reciclaje, la aventura Terror en la campiña y nos la han vuelto a colar, sin vergüenza alguna (en su defensa decir que el módulo siempre ha sido la risión).
Si no sabes de qué hablamos puedes leer nuestra anterior reseña. Nueva forma pero el fondo es el mismo: humor gamberro, referencias a la subcultura, la Resistencia contra el Papado, olor a naftalina de los años noventa, punkismo, casposidad, idas de olla, «facismo del bueno» y disparos, muchos disparos.
Pues sí, es “nuevo”.
Pese al punto anterior Fanhunter trae cosas nuevas. Obviamente, todo lo ha copiado de algún otro sitio. La práctica habitual de la casa.
Lo más determinante son los cambios en los arquetipos (pasan de ser seis a ser ocho). Mantienen viejas glorias (como investigador), añaden cosas nuevas (como influencer), mejoran nombres antiguos (científico ahora cae en el paraguas de cerebrito)… y, al final, tenemos: cerebrito, fanzineroso, influencer, investigador, megafan, mercenario, poli y súper. Cada arquetipo te permite repartir ciertos puntos (o dados, como dicen en el manual) en determinadas habilidades (o poderes) y chimpúm. Que sí, que antes has puesto puntos en tus atributos… pero eso ya lo explicamos en su día, no me líes. Sigamos. Cada arquetipo añade una regla especial, pensada para ser divertida pero no equilibrada. Desde la capacidad del investigador para descubrir mágicamente una pista hasta la licencia artística del fanzineroso que le permite ser el máster durante cinco minutos (al más puro estilo Pbta).
También cambian o se adaptan atributos y habilidades que, como me da pereza escribir, te comparo con una imagen (y, sí, explosivos y sigilo ahora están en agallas).
Las coñas y taras también mutan. Ahora tienes más, no cuestan puntos, te ofrecen una coña gratuita y un máximo de tres coñas y dos taras. Y hay más cambios por ahí (ahora existe el concepto parada, por ejemplo) pero tampoco te quiero chafar las sorpresas.
Tenemos (¡¡por fin!!) una historia y cronología como Dick manda. Algo ordenado y que se entiende. Casi todo. Algo, al menos. Y que se ha establecido como el lore oficial… si eso significa algo en el mundo de Fanhunter. El fondo es el mismo: Trump El Papa Alejo se vuelve loco, prohíbe la subcultura y la Resistencia se revela en su contra. Pero hay más, mucho más… casi cuarenta páginas de libro que no te voy a resumir.
¿Lo recomiendas?
A ver… a mí me mola. Siempre me ha gustado. Lo considero un muy buen juego de rol para lo que es: reírse un mucho (no vengas a «jugar en serio» o «meterte en su personaje» o cascarte un «trasfondo de la ostia»). Es simple, rápido y divertido. Un sinsentido con todas las de la ley. En esta línea me cuesta imaginar una «campaña larga» de Fanhunter pero es ideal para módulos o «campañas cortas».
Veo difícil que alguien de, pongamos, menos de treinta disfrute del todo su lectura. Es complicado imaginar a un novato metiéndose de cero en Fanhunter. Como dije al inicio es un nicho muy, pero muy, concreto. Pero es un nicho al que te animo a entrar ya que «los muertos, aquí, lo pasamos muy bien» (una referencia a Mecano, ahí la llevas).
Pese a lo anterior creo que es bueno para iniciarse en los juegos de rol, aunque su sistema sea tan moderno como el fuego. Pero necesitas un máster con algo de cintura y, como ya advertí: «tiene la capacidad de contaminar a tu grupo ya que, después de vencer al malo de turno metiéndolo en una Cápsula Hoi-Poi, a ver cómo logras que no intenten lo mismo con Cthulhu».
Si te va el tema o conoces el juego seguro que ya te lo has comprado (no en vano ya he visto tiendas sin existencias). Si, sin embrago, dudas pregúntate «¿me gustan los juegos de rol humorístico?» o «¿soy un friki?»… si la respuesta es sí, Fanhunter es de lo mejorcito, Y, además, esta edición, como detalle, tiene erratas exclusivas para cada comprador. A mi me ha tocado en la página 185, dónde pone que los arquetipos son seis… cuando, en verdad, son ocho. ¿Cuál es la tuya?
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Los comics son un cachondeo, ojalá me toque el juego. Muy buen artículo sobre el mundo Fanhunter por cierto.