El pasado 08 de mayo termino el 40º Comic Barcelona – para muchos el Salón del Comic de Barcelona. Supone la vuelta presencia de una de las citas más queridas de los lectores de cómic de nuestro país. ¿Pero como fue volver? ¿Qué nos encontramos?
Volver a verse
El 13 de marzo de 2020 muchas cosas se pararon por la pandemia y el seguido confinamiento. Casi tres años después todas esas cosas e ideas que dejamos en “stand by” intentan volver a la normalidad. Lo cierto es que la vuelta está siendo algo distinta a lo que creíamos.
Tres años es mucho tiempo y para un evento es algo que puede llegar a pesar. Durante la pandemia la mayoría de ellos han intentado mantenernos animados y expectantes con versiones on-line, adaptándose rápidamente al obligado cambio. Si bien algunos de estos cambios han venido para quedarse: por ejemplo, ponencias y charlas online en directo, lo cierto es que los eventos necesitaban volver a un espacio físico.
En los últimos meses algunos de los eventos han salido adelante, gracias en gran medida a la relajación de las medidas, el saber transmitir seguridad por parte de la organización y en buena parte gracias a la confianza de los visitantes. De todos ellos, y para mí personalmente, el Cómic Barcelona – el Salón del Comic de Barcelona de toda la vida – tenía un interés especial.
La 40ª edición
En esta edición Comic Barcelona quería dar lo mejor de sí en una situación en la que no estaba asegurado el éxito. Recordemos además la importancia de esta edición ya que celebraba su 40 aniversario.
Ficomic hizo lo que mejor sabia hacer. Primero fue fiel a sus orígenes colocando en el pabellón de entrada principal las pequeñas editoriales, tiendas de coleccionistas y fanzines. Para mi gusto se hicieron notar la ausencia de algunas de estas tiendas como Supervazquez – tienda especializada en comic de superhéroes desde 1972 – y algunas tiendas barcelonesas especializadas en tomos de cómic europeo o de Bruguera – disculpad que no recuerde el nombre.
Al fondo, las grandes editoriales – ECC, Panini, Planeta o Penguin Random House – compartían espacio con la exposición de Comics Fantasy – una exposición de libros de rol de todas las épocas, junto con fichas de rol de personajes tan ilustres como Laurielle, Joan Trezce o Alex de la Iglesia-, el área de descanso y la zona de juegos.
Esta distribución demostró se la adecuada. Daba la oportunidad de darse a conocer a “los pequeños”, sin ocultar la importancia de las grandes editoriales, de una manera más o menos justa.
Como en ediciones anteriores, completo su propuesta con una serie de charlas y exposiciones, en las que este año destacó su apuesta por el rol. La exposición Cómic Fantasy reunió una de las colecciones más completas de los mejores juegos de rol en castellano desde JOC hasta nuestros días. Las charlas Fanhunter, el juego de rol. 30 años en el Reino de Dick y Advanced Dungeons & Dragons: 30 años en España, pusieron cierta perspectiva y humor a la historia de los juegos de rol en nuestro país.
En contra que jugo la separación de los pabellones. Mientras que el núcleo del Cómic Barcelona se centraba en el Pabellón 2, la tiendas de “merchand”, asociaciones y las salas para las charlas y ponencias se encontraban en el Pabellón 5, algo más apartado. Por otra parte, el evento de cosplay se encontraba en el piso superior del Pabellón 2 separado de los expositores. Ambos detalles producían una sensación de evento paralelo que resultaba extraño para el visitante. También la dificultad que esta edición ha tenido en saber transmitir sus actividad y sesiones de firmas. Mientras que en años posteriores las redes sociales se inundaban con esta información este año ha resultado especialmente difícil encontrarla.
40 Comic Barcelona función perfectamente: pasillos anchos para evitar aglomeraciones, expositores con sus autores firmando, colas perfectamente organizadas y, en general, un gran ambiente. La oferta cultural propuesta, en formado de charlas y actividades, no han hecho de él un mercadillo. En definitiva, ha sabido hacer frente a una vuelta complicada, ofreciendo lo mejor de sí mismo.
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