Hoy reseñamos Bomb Squad, un juego de mesa editado en España por Edge Entertainment, es un cooperativo que hará las delicias de todo aquel que quiera ver el mundo arder. Esta vez vamos a ser un equipo de operarios antibombas, pero como ya estamos en el siglo XXI, no vamos a ir en persona a desactivar las bombas que nos encontremos en cada escenario, sino que enviaremos a un bonito robot que, desplazándose con sus dos orugas, accederá a la habitación donde se encuentra la bomba a pocos minutos de detonar.
El juego
Bomb Squad ante todo podríamos definirlo con una sola palabra: cooperativo. Como hemos dicho antes, nos encargaremos de un robot autónomo que dependerá de nuestro buen juicio y nuestra rapidez mental. Y si esto no os parece suficiente, la principal cualidad que hay que tener para que todo funcione mínimamente decente, es nuestra coordinación.
Sí, coordinación, la palabra prohibida. Para realizar las acciones del juego (las acciones de nuestro único robot), utilizaremos cartas de activación y, por turnos, los jugadores podrán programar una acción para que el robot las ejecute cuando le indiquemos. Con estas acciones podremos abrir puertas, avanzar, liberar rehenes o desactivar bombas. No parecen demasiadas, ¿no?. Lógicamente no podría ser todo tan «fácil», deberemos cuidarnos de que las baterías de nuestro robot no se agoten puesto que cada acción programada implicará un mayor consumo de las mismas, y en el momento en que lleguen a 0, habremos perdido la partida.
Funcionamiento
Ahora empieza lo bueno. En Bomb Squad cada jugador tendrá un número de cartas en su mano desde el inicio, pero no podrá ver en ningún momento qué cartas son estas. Deberá mostrarlas al resto de jugadores para que ellos las vean, pero nunca encaradas hacia sí mismo. Durante el turno de cada jugador, tendremos varias posibles acciones:
- Programar instrucciones: Con esta acción, podremos encargar una instrucción a nuestro robot. Elegiremos una de las cartas disponibles en nuestra mano y la jugaremos boca abajo en el primer espacio de programación disponible en el tablero.
- Transmitir datos: Esta es la parte más importante del juego. Informaremos a uno de nuestros compañeros sobre las cartas que éste tiene en su mano. Eso sí, la información que daremos será muy limitada. Únicamente podremos indicar al jugador si tiene cartas de un cierto color o de un determinado grupo, señalando todas las cartas de la mano de ese jugador que contengan dicho atributo.
- Cargar baterías: Para recargar las baterías del robot, deberemos elegir una de nuestras cartas sin mirarla, nombrar de qué tipo o color es, y colocarla boca arriba en el mazo de descartes. Si acertamos todos los atributos que nombramos podremos recuperar uno o dos puntos de batería según el número de atributos que hayamos mencionado en voz alta. Si fallamos, no recargaremos la batería.
- Activar el robot: Un jugador podrá decidir activar el robot. Dará la vuelta a todas las cartas disponibles en la zona de programación (pudiendo descartar algunas de las cartas si se han jugado 5 o menos), consumir las baterías indicadas según el número de cartas que haya desplegadas y por último ejecutarlas de forma ordenada de izquierda a derecha.
Por cierto, el juego incluye adicionales como la posibilidad de jugar con personajes especializados, distintos tipos de robots, o incluso una campaña de juego, donde va aumentando poco a poco la dificultad ¡hasta decir basta!
Conclusión
Con estos ingredientes nos vamos a encontrar con algo que nos esperamos: caos. Entre todos tenemos que controlar un robot, el cual debe desactivar bombas, salvar a rehenes, abrir puertas, etc, ¡Y EN UN TIEMPO LIMITADO! Además, por si no hubiera más estrés, no sólo no podremos ver nuestras cartas en ningún momento (ni siquiera cuando mandes una acción al robot) sino que deberemos memorizar todos los datos fragmentados (y no siempre correctos) que nos vayan pasando nuestros compañeros sobre nuestras propias cartas, las cuales robaremos todos los turnos y por lo tanto irán cambiando constantemente. ¡Todo ventajas!
Desde luego este juego no está preparado para personas lentas de reflejos o con propensión a agobiarse (aunque puede ser muy divertido). Es una pena, pero para que Bomb Squad llegue a un punto óptimo de diversión, depende de nuestra gestión y tolerancia al estrés por lo que no se puede jugar con todo el mundo y esto lo hace más limitado. Otro flaco favor que le han hecho es el apartado gráfico. Creo que se le podía haber sacado mucho más jugo a los escenarios y el dibujo del robot. Afortunadamente, la propia mecánica del juego hace que te preocupes más del apartado técnico, que del disfrute del dibujo de cada edificio.
Creo que es un muy buen juego que va a dar muchísimas risas y momentos ridículos, cuando veas a tu robot a falta de un minuto de que explote la bomba, cómo abre la puerta para rescatar al rehén y desactivar la bomba de turno, y en vez de eso se choca contra la pared y se queda sin batería. Es cierto que se depende mucho de las personas que jueguen, si son despiertas o no, lo que lleva el juego a momentos muy puntuales, pero eso no implica la cantidad de diversión que es capaz de ofrecer.
A Bomb Squad le doy 3 cornetos, ya que me parece un estupendo juego de mesa para echar una hora o incluso dos, pero no llega a llenar la sala con su mecánica.
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