Uno de los deseos de un viajero del tiempo, aparte de conseguir el almanaque de 1950-2000, es cambiar la Historia. Matar a Hitler, por ejemplo. Claro que esto de los viajes en el tiempo tiene sus filosofías. Los que opinan que se reescribe, o se bifurca, o se bambolea o el simple hecho de que si tú puedes cambiar el tiempo… los demás también. Big ball of wibbly wobbly… time-y wimey… stuff. Pero todo eso ahora no importa ya que Ludonova nos traerá de nuevo Orquesta Negra. Y eso hace que tú y yo tengamos un objetivo. Vamos a matar a Hitler ¿O tienes un plan mejor?
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Nazis «buenos» conspiran contra nazis malos
Me compre Orquesta Negra gracias al genial vídeo del maestro Chema Pamundi «Nazis: ¿Hay pa tanto?«. Otro de estos juegos que vienen de un Kickstarter, pero desconocido para mi. Al tiempo de esa reseña (¿casualidad?) Ludonova lo trajo a nuestras tiendas y se vino para casa.
Formas parte de Orquesta Negra (la más famosa tras la del Titánic y la Mondragón), un grupo comandando por Wilhelm Canaris, último director de la Abwehr. Tu objetivo es eliminar a Hitler (pueden ver un ejemplo de todo esto en la película Valkyria).
El juego es otro Eurogame de aspecto sencillo pero con componentes más que correctos (excepto, si nos ponemos exquisitos, los tableros de personaje que podrían se más gruesos o, incluso, troquelados). Es ideal que el propio tablero principal contenga un genial resumen de las reglas principales.
El objetivo es sencillo: los jugadores cooperarán para matar a Hitler. Para ello, de manera muy resumida, tendrán que:
1- Conseguir, como mínimo, una carta de complot. Puedes tener varios complots simultáneamente.
2.- Cumplir los elementos requeridos del complot y/o alguno de los elementos opcionales. Eso último se consigue a base de viajar a las diferentes localizaciones, para descubrir y/o conseguir los objetos de cada lugar.
3 – Cuándo de tengáis todo listo hacer una emocionante tirada de dados que decidirá vuestro sino.
¿Fácil, verdad? Bueno… no tanto.
La historia inevitable
Mientras los jugadores van haciendo sus acciones, el juego responde con los cartas de eventos, auténtico motor del juego y, al mismo tiempo, el reloj de la partida.
Las cartas representan momentos históricos y provocan efectos en el juego. Generalmente pueden mover a Hitler o cualquier de su séquito (lo que puede frustrar bastante complots y perjudica a los jugadores que se encuentren junto a ellos), bajar o subir al apoyo militar (recuerda que, si sube el apoyo militar, será más difícil que tu complot tenga éxito) o montar una redada de la Gestapo (la clásica manera de sacar a un jugador de la partida un rato y putear al grupo), entre otras.
Pese a su estructura por bloques, que hace que las cartas tengan un cierto orden, la aleatoriedad de cada mazo puede provocar auténticos festivales. Es un gran clásico que, tras dos turnos bajando el apoyo militar, venga una carta y te lo suba. O tener que intentar un complot a la desesperada, aprovechando un movimiento enemigo.
Con un poco de suerte…
Orquesta negra es un gran juego colaborativo. Fácil de aprender, pese a que tiene algunas mini-reglas que debes controlar (por ejemplo, tener claros los poderes y capacidades de tu personaje). Además, y es una de sus mejores bazas, es un juego que sabe llevarte a un momento histórico. Eso será muy atractivo para muchos grupos pero quizá no para otros.
Debes tener en cuenta que tu partida en Orquesta Negra depende en gran medida de la suerte. No sólo por la tirada para determinar el éxito del complot o por el orden en que te salgan las cartas de evento. Además, en cada turno, podrás hacer la mejor acción del juego, conspirar, lo que te permitirá lanzar entre uno y tres dados. Del resultado de ellos se desprende o la capacidad de hacer más acciones (una cara numérica en el dado) o la desgracia de subir tu nivel de sospecha (cuándo salga el águila) o la posibilidad de obtener disidentes (la diana) que te facilitaran la partida (bajando el apoyo militar o subiendo la motivación, cada tres disidentes).
Opinión
El juego es muy bueno, siempre que estés de acuerdo con su ambientación histórica. Funciona para todos los jugadores (de 1 a 5) aunque su número ideal es de dos a cuatro. Es muy rejugable, sobre todo por la propia aleatoriedad de los eventos y las cartas de de conspiración. También cambia la situación de los objetos y las dificultades que plantea (la primera vez póngaselo en fácil). Y, si eres del tipo suertudo, prueba alguna de las variantes (lugartenientes de confianza o el tiempo apremia) o sube a dificultad difícil.
Tampoco es un juego para jugar cada día ya que los bloques de cartas acaban siendo los mismos, por muy mezcladas que estén. Eso puede provocar partidas similares. Como algunos juegos cooperativos, además del efecto líder (que uno del grupo intente jugar por todos), tiene momentos en que alguien debe sacrificarse por el equipo. Pero vamos, son fallos que también sacarías a Pandemic y creo que nadie discute que es un juegazo. Y Orquesta Negra también.
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