Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
Esta cita de Tolkien nos viene perfecta para introducirnos en el juego que reseñamos hoy: Tudor de la editorial GdM, que pese a que no está ambientado en “El señor de los anillos”, el uso de los anillos es una parte muy importante del juego.
Hace tiempo tuvimos la suerte de poder contar con Pak en El Cornetín para que nos explicará el proyecto que estaba financiándose en Verkami: el juego de mesa Tudor. En la redacción de El Cornetín, varios nos lanzamos de cabeza a entrar en dicho Verkami , yo entre ellos. Tras haberlo recibido, hemos podido catar el juego y echarnos varias partidas. Aquí van nuestras impresiones.
Introducción
Nuestras familias han sido llamadas a la corte del Rey Enrique VIII, de la noble casa de los Tudor. Pero para ganarnos su favor, llegar a los puestos más altos de la corte, y conseguir un anillo que demuestre nuestro estatus, debemos trabajar en las salas de la corte y conspirar contra otros jugadores para echarlos de sus puestos. Sólo así podremos alzarnos con la victoria, y demostrarles al resto de familias, que sin nuestra ayuda, el imperio de los Tudor caerá en declive.
Tudor es un juego de 2 a 4 jugadores, en la que dirigimos a una familia noble, encabezada por un Lord, que debe enviar a sus cortesanos y así mismo a cumplir ciertas funciones en la corte. Tudor es un juego euro de colocación de trabajadores al uso. Un detalle que me ha parecido muy curioso es que el paso de los turnos no se mide en números ordinarios (1, 2, 3…) sino en esposas del rey Enrique, comenzando en la etapa de Catalina de Aragón, seguida de Ana Bolena y las demás. Enrique VIII fue famoso por decapitar o encarcelar a sus mujeres cuando éstas no le daban hijos…
¡A colocar trabajadores!
Nuestros cortesanos deberán ir colocándose en las sillas de espera que dan paso a las 3 salas de trabajo de la corte. Una vez terminada esta ronda, después de haber estado esperando, nuestros cortesanos entrarán en la sala para conspirar. Si no hubiera sitio suficiente para todos alrededor de la mesa, porque la sala de trabajo está ocupada por otros cortesanos que siguen ahí desde turnos anteriores, se irá desalojando a los primeros que entraron en turnos anteriores.
Así, una vez que un cortesano entra en una sala de trabajo de la corte, éste no se recupera al final del turno, debe permanecer ahí siempre y hasta que otro cortesano le eche de la sala para ocupar su lugar.
La importancia de los Lores
Una vez que todos los cortesanos han ocupado sus asientos y se ha echado al público sobrante de las salas, llega el turno de que los Lores hagan su presencia. Los Lores, uno por cada familia, ocupan una posición especial en la mesa de la sala de trabajo de la corte. En partidas a 2 jugadores, solo un Lord podrá sentarse en cada mesa. Al haber tres salas, significa que una no contará con la presencia de ningún Lord. En partidas a 3-4 jugadores, hasta 2 Lores podrán sentarse a la cabecera de una misma mesa, lo que significa que según su distribución en todas las salas puede haber al menos un Lord, o que en al menos una sala no haya ninguno.
Cada jugador deberá decidir en qué sala de trabajo de la corte quiere colocar a su Lord. Este es un paso muy importante, porque para que una sala “trabaje” tiene que estar dirigida por al menos un Lord. Si una sala no cuenta con ningún Lord, los cortesanos que allí estén no podrán hacer nada de nada este turno.
Comienza la carrera por hacerse con un sitio al lado del rey
Las acciones de la sala nos permiten ganar recursos para poder enviar o hacer que avancen nuestros cortesanos en la lucha por hacerse con un puesto de privilegio en la corte del Rey Enrique VIII. Estos puestos de privilegio, cuando son alcanzados, vienen de la mano de una recompensa: un anillo de poder real. Pero claro, nuestros competidores tardarán poco en intentar echarnos del puesto y hacerse ellos con el asiento y un anillo. En caso de que tengamos los anillos colocados de una determinada manera en los dedos de la mano, podremos hacer acciones con ventaja o con un importante bonus.
Cada vez que avanzamos una casilla en la carrera por hacernos con alguno de los puestos de honor de la corte de los Tudor, iremos recogiendo de cada casilla por la que pasemos una ficha de casas nobles (que suman puntos de victoria) y una ficha redonda que podrá ser de oportunidad o de intriga (según su color) y que nos permitirá hacer acciones especiales. Como decíamos, estas fichas redondas nos permiten hacer acciones especiales de oportunidad o intriga, pero si las guardamos hasta el final de la partida también sumarán puntos de victoria, junto con las fichas de casas nobles como veíamos, y cartas que vayamos consiguiendo.
Un juego que no penaliza a los jugadores
Algo que quizá le resta tensión al juego es que el sistema de juego de Tudor imparte algo de justicia. Aunque una sala no haya recibido la audiencia de un Lord, todos los jugadores tienen la posibilidad de realizar el mismo número de acciones. En el tablero y en la pantalla de jugador (las manos) se describen ciertas acciones extra que pueden hacerse en tu turno sin necesidad de haber colocado un cortesano o Lord.
Las malas decisiones no se penalizan y parte del componente estratégico se pierde. En partidas con jugadores noveles quizá ese sea un factor que ayude a que los juegos de mesa les agraden. No pagan caro sus errores. Con jugadores veteranos, donde la competitividad es máxima, el juego queda un poco descafeinado.
La ronda termina cuando el último cortesano o Lord de una sala de trabajo ha sido activado y ha realizado su/s acción/es. Se debe permitir que todos los jugadores hayan completado, al menos, el mismo número de acciones que el último jugador que activó su último cortesano o Lord.
Alcanzar un rango en la Corte
En síntesis, para avanzar en la carrera por hacerse con un cargo en la Corte de los Tudor, no sólo vale con colocar a tus cortesanos en las salas de trabajo que optimicen tu estrategia. Cada casilla de esta particular carrera estará marcada por una ficha de casa noble. Debes hacerte con cartas de casas nobles que canjearás por avanzar una o varias casillas. Para ello, debes descartar la carta que coincida con la ficha de casa noble a la que pretendas moverte.
Por ejemplo, si pretender moverte a una casilla señalada con una ficha de la casa noble cuyo blasón es un búho azul, necesitarás una carta que coincida con el blasón. Si vas a mover dos casillas, y las fichas son el mencionado búho azul y otra ficha con un blasón de la cruz verde, necesitarás ambas cartas para avanzar.
Llega la hora de ver quien gana
No hay reglas fijas sobre las condiciones de victoria salvo una en Tudor. Al principio de la partida deberemos haber sacado una carta de escenario (sombreada en azul) que nos indique cómo ganar puntos de victoria, cuantos turnos va a durar el juego y cuantos cortesanos podremos colocar en los asientos de espera, haciendo que cada partida sea diferente. También, para que haya aún muchas más variaciones, sacaremos dos cartas adicionales, una de sombreado verde y otra de sombreado rojo que nos permiten hacer acciones adicionales a las impresas sobre el tablero o ganar aún más puntos de victoria adicionales.
La única condición de victoria que es fija para todas las partidas es que acumular fichas de casas nobles, fichas de oportunidad o intriga, además de cartas, nos permite sumar al final del juego puntos extra, al ser nombrados Caballeros de la Real Orden de su majestad. Teniendo la posibilidad además de que nuestros rivales deban llamarnos Sir de ahora en adelante.
Los materiales del juego
He de decir que me ha sorprendido la calidad de los materiales. Todos los tokens vienen impresos en cartón grueso, se nota de buena calidad. Las manos o pantallas de los jugadores están también impresos en ese mismo cartón grueso. Por otro lado, los anillos de las diferentes casas nobles vienen fabricados en plástico rígido y duro que evita que se deformen por el uso, lo cual siempre se agradece.
Un detalle que no nos ha gustado han sido las pegatinas. Al abrir la caja, te encuentras con una hoja de pegatinas con los emblemas de las casas nobles que debes despegar y pegar sobre los anillos. La pegatina venía troquelada, hasta ahí bien, pero el papel encerado del que debes despegar la pegatina también venía troquelado. Esto provocó que las pegatinas y el papel encerado se separaran conjuntamente de la hoja, haciendo muy difícil después el poder separar la pegatina del papel. Esto provocó que alguna pegatina se dañara y ya no luzca en el anillo como debería.
Aunque llevamos varias partidas, y aun no lo podemos apreciar, quizá las pantallas de jugador van a acabar dañándose. Una parte importante del juego es ganar anillos, cambiarlos de dedos, e incluso perderlos. Los anillos ayudan a hacer ciertas acciones con ventaja según su colocación en la mano. Los anillos, al colocarlos, rozan sobre los dedos de la mano de las pantallas de jugador, y éstos pueden generar un desgaste del cartón.
Otro defecto que quizá debamos reseñar del juego Tudor es que las reglas no vienen muy bien explicadas. Son algo confusas y omiten alguna información que tú por lógica y tirando de los ejemplos que vienen debes tratar de resolver. Quizá se haya partido de una traducción muy literal del alemán al castellano, y hace que sea difícil entender algunos conceptos. Además, las reglas no siguen un orden de turno lógico, saltan de adelante hacia atrás y viceversa. Solo tras varias relecturas completas, y tirando de algo de perspicacia, eres capaz de intuir cómo se juega.
Se hace necesario ver algún video de Youtube donde se explican las reglas y se hace una demostración de turno.
Conclusiones
El juego es entretenido y su duración es más que acorde para no ser un juego pesado pero tampoco un filler. Es un juego intermedio apto para todo tipo de públicos, novatos y jugones. Las partidas podrán llevarnos en torno a una hora u hora y media.
En partidas a dos jugadores, el juego se queda un poco cojo, y el resultado es descafeinado. Es en partidas a tres y cuatro jugadores cuando el juego se vuelve interesante. Pensar una estrategia es fundamental, además de intrigar con el resto de jugadores por ver donde colocan a sus Lores. En partidas a dos jugadores esa esencia se pierde. Con más jugadores puede haber negociaciones interesantes por ver como colocar al cabeza de tu familia sobre el tablero, lo que permite que haya cierta interacción entre los jugadores. Por tanto, no es un juego recomendable para jugar en pareja. Montarse un trío, en esta ocasión al menos, es siempre una buena opción.
Otro punto a favor del juego es que no hay ninguna acción mala en las salas de trabajo de la corte. Todas son útiles y gracias a los anillos puedes hacer algunos combos muy interesantes. Un punto en contra es que hay pocas cartas de escenario, solo cinco. Si se juega muy a menudo, es un juego que se quema rápido y es difícil que vuelva a ver mesa.
Otra cosa que no me ha gustado, y no tiene que ver con el juego en sí, es con los objetivos extra adicionales desbloqueados en la campaña de crowfunding. Como objetivos adicionales se desbloquearon las miniaturas esculpidas en plástico de los cortesanos y los lores. He de decir, que su uso en las partidas, en sustitución de los meeples es muy agradable. Sin embargo, la nota negativa es que vienen en una caja totalmente sobre-dimensionada. Las cuatro bolsas donde vienen estas miniaturas apenas ocupan una décima parte de la caja. El uso de una caja tan grande, donde te cabría el juego completo perfectamente, para apenas cuatro bolsas pequeñas es algo ridículo, y poco ecológico. Al ocupar la caja tanto espacio para guardar tan ínfimo contenido, lo normal es acabar tirando esa caja a la basura y guardar su contenido con el resto de materiales.
Nuestra valoración final es: