Dioses Menores, de Terry Pratchett, debería de ser de lectura obligatoria. Posiblemente en filosofía, si es que aún existe. O en religión, pero creo que tampoco está en los programas de muchas escuelas. ¿Saben? Da igual. Que lo pongan en matemáticas. Matemáticas aún existe, ¿o tampoco?

Y si Dioses Menores es recomendado para cualquiera, El último Héroe, también de El Maestro, ha de ser leído por cualquier fan de la fantasía. Ambas lecturas, y mucha parte de la obra de El Mundodisco, tienen muchas cosas comunes. En este caso varias temáticas que también hemos visto en dos series de Netflix: Kaos y El Ocaso de los Dioses.

Este articulo contiene algún destripe mínimo. No es nada definitivo, pero si quieres ver o leer cualquiera de las obras que referenciamos sin ningún trasfondo… no sigas leyendo.

 

El viaje del (otro) héroe

En el viaje del héroe tenemos a El Quijote. Frodo, si quieren algo más internacional. A su lado a Sancho Panza, Sam para nuestro ejemplo más general. Ya tienen el concepto. Pero me gustaría hablar de Rincewind.

Ni siquiera podemos decir que Rincenwind es un anti-héroe ya que eso supondría que el mago ha realizado algún tipo de elección y no es así. Toda su historia es un “patadón y pa’lante” de manual.

“Conozco a las personas que hablan de sufrir por el bien común. ¡Nunca son ellos, joder! Cuando oyes a un hombre gritar: ¡Adelante, bravos camaradas!, verás que siempre es el que está detrás de la jodida roca enorme, y el único que lleva el casco realmente a prueba de flechas”.

Sin embargo Rincewind cumple muchas de las descripciones el viaje de héroe.

Muchos de vosotros ya estaréis con al mosca detrás de la oreja. Me diréis que Sam o Sancho Panza no son más que “acompañantes”. Y que Rincewind es puro anti-héroe. En mi opinión son héroes y me servirá para hablar de las series Kaos y El Ocaso de los Dioses. Quedaros con la idea y sujetarme el cubata.

El destino

El destino más recurrente en la escritura es la profecía autocumplida, es decir.

Es muy común en la literatura fantástica. Tanto que acaba por ser odiada y, aún mas, lleva a muchos Deus ex machina, otro detestado. Sobre ese tema también satirizo El Maestro cuando hablaba de El Código de los héroes.

“Estaba, siempre estaba, al principio y al final… el Código. Ellos vivían según el Código. Uno seguía el Código y se convertía en parte del Código para quienes le seguían a él. El Código lo era todo. Sin el Código no eras un héroe. No eras más que un matón con taparrabos. El Código estaba muy claro. Un hombre valiente contra siete… vencía. Ellos sabían que era cierto. En el pasado todos habían confiado en ello. Cuanto más altas las apuestas, mayor la victoria. Así era el Código. Olvida el Código, desprecia el Código, niega el Código… y será el Código quien acabe contigo.”

Escribir más sobre eso sería demasiado destripe, pero tenemos dos pilares establecidos. Vamos a poner un tonelada de peso encima.

Nietzsche y su “Dios ha muerto”

Ambos libros y las dos series plantean muchos conceptos sobre los dioses. Entre ellos la muerte de los mismos y el origen de su poder. Es algo lo suficientemente espeso, además de pantanoso, pero alguien se tiene que enfangar.

Todas estas obras, y nuestro amigo el filosofo alemán, acaban rotando sobre el concepto propio dios y cómo su existencia no deja de ser algo cultural y supersticioso. Esto es algo que muchos firmarán si hablamos de mitología griega (Kaos), nórdica (El Ocaso de los Dioses) o del Mundodisco, pero el tema peligroso vendrá cuando hablemos de cualquier religión. Dejaremos eso para un podcast.

¿A dónde pretendes llegar con todo esto?

Ya me puedes devolver el cubata. Principalmente, recomendarte las series y los libros que he nombrado. Son lugares de ocio/reflexión para visitar desde un punto de vista crítico o, como dije hace poco, tomarlos como “claro, estas religiones eran erróneas, la mía no”.

Todos ellos platean como una o más personas se enfrentan, de una manera u otra, a sus dioses. No voy a entrar en cada obra ya que ahí está los matices. Pero es curioso como cada uno de los escritores citados plantean cosas, muy, muy, similares. Algunas de ellos insinuadas en toda esta publicación: el concepto de dios y cómo obtiene sus poderes, qué es un héroe y un anti-héroe, cómo se gestiona o qué es el destino…

Para amantes de la animación: El Ocaso de los Dioses, con su toque de shōnen con toques de gore (para que me entiendas). Con Zack Snyder como una da las cabezas visibles. En el primer capítulo, La Dote de la Novia, vemos las razones que llevarán a un grupo a luchar contra los dioses nórdicos. Hay varios cenits pero, para mi gusto, El dios expiatorio es excepcional. Y el final, si te va el tema, te dará para una buena tarde de tertulia. Si eres muy conocedor de la Mitología nórdica verás que han elegido unos momentos concretos de las Eddas, le han añadidos otros de otras y… bueno, lo que siempre pasa con los vikingos: cada uno entiende lo que le da la santa gana.

En Kaos nos vamos una Grecia paralela, con Zeus como dios absoluto. La serie se toma tiempo y a veces da la sensación de dar demasiadas vueltas, pero al final plantea algo similar: un grupo que va contra los dioses. Se profundiza relativamente poco en la mitología griega: tan poco que algún profano en la materia puede perderse en algún momento. Si es el caso, siempre te puedes informar en Destripando la Historia. Pese a esa, a veces, falta de trama la potencia de la obra viene por las interpretaciones. Todos parecen que tengan un personaje escrito para ellos: desde Jeff Goldblum hasta Billie Pipe. Todo eso suple el olor a “tenemos tan claro que vamos a realizar una segunda temporada que tampoco te vamos a explicar según qué en la primera”.

Como has notado a mi me han encantado las series aunque se tienen que recomendar con un cartel de “cuidado, filosofía y religión en su interior”. Por eso no he escrito un reseña al uso y he llamado a esto informe. Al final uno es uno (y sus circunstancias) y muchas personas pueden disfrutar de las dos series… dándoles un sentido sin ninguna relación con todo lo que he escrito.