Ayer, durante su conferencia en la Game Developers Conference, Google dio un golpe en la mesa y presentó su visión del futuro de los videojuegos. Una visión que pasa por destruir un concepto tan básico como es la plataforma de juego.
¿Es el fin de las videoconsolas tal y como las conocemos? ¿Es esto un sueño de artes marciales?
Stadia, juega dónde y como quieras
Si Nintendo ya nos enseñó que una consola híbrida entre portátil y sobremesa era viable y que además era una gran idea, parece que Google ha tomado nota y ha decidido que ¿por qué limitarnos a una única plataforma? ¿Por qué no poder jugar desde cualquier móvil, PC o consola?
Y esa es la idea básica de Stadia, una plataforma que permitiría jugar en streaming a juegos en alta resolución desde cualquier dispositivo. Con el aliciente de que, además, se permitiría comenzar en un dispositivo ¡y continuar en otro!
Como extra está el hecho de que no se requiriría tener un dispositivo potente dado que los juegos serían ejecutados a distancia en otra máquina. Lo único necesario sería una buena conexión a Internet.
Durante la conferencia se ha hecho una prueba en tiempo real en la que hemos podido ver cómo funcionaba el sistema con el videojuego Assassin’s Creed: Oddysey de Ubisoft, pasando la partida de un dispositivo a otro.
¿Jugar desde cualquier dispositivo no es suficiente? Pues hay más
Ya puestos a innovar, ¿por qué no dar un vuelta de tuerca más al mundillo gamer? Y eso es lo que debieron pensar en Google cuando se les ocurrió la idea de State Share.
State Share es el siguiente paso a compartir contenido en la red. El concepto pasa por compartir tu propia partida con cualquiera, de manera que podáis jugar al mismo reto o presenciar el mismo escenario.
Una función que serviría, por ejemplo, para retarse unos a otros, compartir una zona desbloqueada a la que es difícil acceder, etc.
Siguiendo con la idea de esta sociedad que comparte todo en la red, se une el concepto de Crowd Play, que consiste en poder unirnos a salas de juego online creadas por otros creadores de contenido. Todos conectados para poder jugar con el gamer/youtuber/influencer de moda. ¡Interacción al poder!
Y, finalmente, ya que estamos dispuestos a mezclar, ¿por qué no incluir el Asistente de Google en la experiencia gamer? Así, con unas simples órdenes podríamos conseguir una ayuda visual de cómo continuar una pantalla que se nos está resistiendo, sin necesidad de apartar la vista de la pantalla.
¿Qué más se puede pedir?
Gamepad propio
Pues ya puestos se podía pedir a Google que presentase un mando de control especialmente diseñado para disfrutar de la experiencia. ¡Dicho y hecho!
Sería un mando que se conectaría directamente al juego mediante conexión Wi-Fi e que incluiría los joysticks y botones ya conocidos de PlayStation 4 y Xbox One, más dos adicionales: uno para la función State Share y otro activar el asistente de Google.
Dudas en el horizonte
Pero no echemos las campanas al vuelo. Pongamos los pies en la tierra y analicemos todo lo que nos está ofreciendo Google. ¿Es todo tan bueno como parece?
Nos asaltan varias dudas, empezando por el precio y las condiciones del servicio: ¿pagaríamos una cuota mensual y tendríamos acceso a un catálogo de manera ilimitada? ¿Y qué juegos incluirá el servicio? ¿Qué conexión es necesaria para que funcione correctamente? ¿Será realmente compatible con todos los dispositivos, consolas actuales incluidas? ¿Cuál será su fecha de salida? ¿Cuántos datos personales y qué parte de nuestra alma solicitará Google por usar su servicio?
Habrá que esperar hasta este verano para que Google proporcione más información. Por el momento sólo podemos soñar y preguntarnos si esto saldrá bien o será una debacle.
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