Gasta todo el presupuesto y envía cohetes a medio acabar.
Mike Lado, un ingeniero de tres al cuarto natural de Iowa, fue contratado recientemente para ser director de la NASA, la agencia espacial norteamericana, dicen que por ser primo hermano lejano del ayudante del peluquero del actual presidente de los EE.UU. más que por méritos propios.
La verdad es que en su currículum no hay ningún hecho destacable, más allá de haber estado trabajando en el McDonolds durante tres semanas y haber sido nombrado como “peor empleado del siglo”, título que generalmente se entrega en el cambio de siglo. Edgar Ito, presidente del tribunal que otorga el premio cree que “va a ser imposible que nadie supere los méritos que Mike ha logrado para llevarse esta mención y, en cierta medida, así lo esperamos”.
Llegó a la NASA como director tras el cese por parte del presidente del actual director, Marc Ianguan, ilustre ingeniero y astrofísico de origen japonés, quien había desarrollado las últimas tecnologías punteras de la agencia en materia de paneles solares para los cargadores de pilas recargables de los cohetes, y que ostentaba el cargo desde hace casi un lustro.
Fuentes consultadas por nuestros corresponsales en EEUU, indican que la NASA contaba a primeros de año con un presupuesto de 1.024 millones de dólares que, según las mismas fuentes, ha sido utilizado por Mike en su mayoría para la compra de café torrefacto y azúcar blanquilla. A día de hoy, no hemos podido contrastar esta información con el proveedor de café de la NASA ya que, al parecer, en este momento casualmente están mudando sus oficinas a Suiza.
Este gasto desorbitado y la aparentemente mala decisión de contratar a “Chapas Pepe Lapa” como proveedor de los materiales para la construcción de los que iban a ser “los más guays de los cohetes de la NASA de aquí a Roma”, según palabras del propio Mike en la rueda de prensa de su nombramiento, puede ser la causa de la mala finalización de los mismos.
En cuanto a los cohetes se refiere, apenas se distinguen de una falla, ya que casi ninguno tiene la misma forma, presentan evidentes carencias en cuanto a tornillería se refiere, y el cristal visible parece simple duralex.
La repentina dimisión de todos los astronautas el pasado octubre hizo que la agencia optase por añadir un control terrestre a los cohetes, basados en la última tecnología de control remoto aplicada a drones. Sin embargo, incluso eso se vio afectado, siendo sustituido el sistema por un par de parachoques y el algoritmo utilizado por los aspiradores domésticos para cambiar de ruta al chocar contra algo.
Desconocemos cuál será el futuro de Mike, si permanecerá en la agencia o no, o si la misma agencia seguirá existiendo, ya que se rumorea que hay una empresa china que quiere comprarla para crear mini-cohetes que repartan los materiales que venden en todo el mundo, haciendo más sencillo el proceso de compra y más corto el periodo de espera del cliente.
En cualquier caso, esperamos que nuestro Presidente no considere la opción de nombrarlo director de… ¡Ah, no! Que nosotros no tenemos agencia espacial…
Nota: Este artículo es de ficción, y se realiza como complemento de la tira de hoy, día 2 de enero del 2017, de HTZ, el webcomic de humor y disparos imposibles de Koopa, que podéis ver AQUÍ.
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Chssstt…… no lo digáis muy alto, que lo mismo le propone para la Agencia Espacial Europea (ESA)…